martes, 22 de noviembre de 2011

Diablos danzantes de Chuao









 CORPUS  CHRISTI


Religión y Cultura con una  gran intensidad que pude sentir con una energía tan fuerte que producía conmoción como llanto, desbordarme de una extraña emoción. Aparte de cultivar el más exquisito cacao del mundo cultivan su  tradición  su religión celosamente.
Percibí la frontera entre lo sagrado y lo profano. En la caminata de los diablos desde la calle, las casas y hasta unos árboles de mango en los confines del pueblo donde no entra cualquiera que no pertenezca a su religión ni a su pueblo, como si yo fuese invisible ante esa mirada celosa, presencié la relación del pueblo con el cosmos y la naturaleza. En las danzas de los diablos por las calles advertí las leyes y tentaciones que existen en el recinto del propio pueblo. Conocí las zonas críticas donde el verdadero diablo tiene chance de inmiscuirse y los dominios seguros donde la cercanía del Santísimo permite incluso quitarse la máscara.




En aquel escenario irrumpieron por tres días lluviosos, los diablos, con reliquias, máscaras, rabo, oraciones, maracas, capitanes, capataz y Sayona. Allí estaba yo con mi lente sensible.